Este patrimonio de la Humanidad necesita apoyo para no cerrar sus puertas
DELIA MENESES
| EL UNIVERSAL
domingo 3 de marzo de 2013 12:00 AM
No son buenos tiempos para el
Jardín Botánico. La crisis se refleja al caminar por sus jardines, que
eran el principal atractivo de este lugar, y que hoy ahuyentan a los
visitantes.
Las labores rutinarias de mantenimiento como cortar el monte o
recoger las hojas secas se dejaron de hacer o se hacen a medias. "Los
jardineros apenas están trabajando un ratico en las mañanas", lamenta
Mario Gabaldón, presidente de la Fundación Instituto Botánico de
Venezuela, sobre las secuelas del conflicto laboral que tuvo su punto
más álgido en junio de 2012 (cuando el jardín estuvo cerrado por tres
semanas) pero que todavía se mantienen.
El martes y miércoles de esta semana un paro de trabajadores
(para pedir aumento de salario) mantuvo cerradas las puertas al público
de este refugio vegetal que alberga una colección de palmas que llegó a
ser la más importante de Latinoamérica.
Edy Fernández, gerente de Cooperación y Relaciones
Institucionales del espacio, observa con tristeza cómo han mermado las
visitas, también los grupos de yoga y taichi que tomaban este oasis
todos los fines de semana. Recuerda que en el Carnaval del año pasado
casi mil personas visitaron el jardín y este año en la misma época no
pasaron de 200, una reducción de 80%.
Gabaldón no desestima las demandas de los trabajadores pero
explica que se han conseguido mejoras. Se pagaron dos bonos y se
resolvió el programa con el seguro médico (HCM). Sigue pendiente el
incremento de los bonos de alimentación y transferir el personal obrero a
la nómina de la UCV. Quince investigadores, expertos en botánica,
forman parte de la nómina del jardín, con sueldos que no superan los
Bs. 3.000.
Además de una partida presupuestaria estancada desde 2005 (Bs
5,6 millones) que ni siquiera cubre el valor completo de la nómina (90
personas), Fernández piensa que actualmente los males del jardín están
asociados a la falta de voluntad y compromiso de su personal obrero.
El alquiler del auditorio del Jardín Botánico y de otros dos
salones es lo que permite llenar los huecos en el presupuesto. Pero
estos ingresos propios se han reducido casi totalmente por los
constantes paros de los empleados que impiden ofrecer un servicio óptimo
a las empresas que antes hacían sus eventos allí.
Para rescatar al botánico Gabaldón considera que es vital
resolver el problema laboral "asumirlo con compromiso". La tutela del
lugar la tiene la UCV y su presupuesto proviene de la Oficina de
Planificación del Sector Universitario (OPSU). El otro paso clave para
oxigenar el jardín es la mecanización del mantenimiento, a semejanza de
los campos de golf, con podadoras y recolectores de hojas eléctricos.
Urge un tractor con una pluma que alcance los 12 metros de
altura para el manejo fitosanitario, control de plagas, recolección de
semillas y fertilización de las palmeras, cuyas especies nacionales y
exóticas se han visto diezmadas por los gusanos y bachacos. El caracol
africano también se ha ensañado con muchas de las plantas. Ha acabado
con platanillos y riquirriqui. En diciembre los bomberos recolectaron 7
mil caracoles en dos días.
El jardín necesita apoyo para recuperar sus equipos de
mantenimiento. Ya pidieron ayuda a la Fundación UCV. La primera semana
de enero se robaron Bs 400 mil en maquinarias, incluyendo la planta de
sonido del auditorio, tres motosierras, desbrozadoras, machetes,
soldadores. Solo se salvaron dos cortagramas. Gabaldón siente
frustración. "Se está perdiendo un patrimonio y a nadie le importa",
señala.
http://www.eluniversal.com/caracas/130303/deterioro-del-jardin-botanico-merma-en-80-sus-usuarios
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